Con la entrada del nuevo año me he encontrado perezoso, quizá porque inicié el año con un viaje a París donde reside una hija mía y después he tenido otras actividades que no me han dejado tiempo para hacer una nueva entrada para explicar un poco cómo ha ido este tiempo.
Empezaré por decir que cada día entiendo menos el comportamiento de esta enfermedad, resulta que la semana que estuve en París pensaba que no sería capaz de seguir el ritmo que exige la visita a una ciudad donde tanto hay por visitar, y además teniendo la suerte esos días de haber podido disfrutarlos con la familia al completo, el caso es que tenía miedo a no poder seguir el ritmo de los demás pensando más que nada en que les podía limitar a ellos el ver todo lo que a ellos les hubiera gustado y cuál sería mi sorpresa al experimentar que aunque con el cansancio lógico, terminaba cada día prácticamente sin dolor o cuando menos con un dolor muy tolerable.
Pues llego aquí y vuelvo a sentir un intenso dolor en la cintura y parte izquierda de la espalda que va cambiando a medida que avanza el día, empezando por la cintura y terminando en la espalda y cuando llega la noche el dolor es intensísimo: entonces pienso, me voy a la cama y se me pasará pero entonces me duele bastante la parte superior de las piernas, así que el año no ha empezado nada bien. Yo que tan animado estaba con la Microgimnasia y la mejoría que sentí durante un tiempo he visto que todo se ha ido al traste y vuelvo a lo de siempre, dolor y más dolor pienso que el dolor ha cambiado en según que zonas pero sigue presente constantemente en mi cuerpo y ahora me siento bastante desmoralizado y estoy intentando no caer en el desánimo, pues se que no me ayudaría para nada.
Todo esto me hace pensar en un médico de medicina del dolor que decía que los médicos no quieren ver a un enfermo de fibromialgia ni en pintura, y esto es muy duro para los que tenemos este problema aunque sabemos que es la verdad.