dijous, 14 de juny del 2012

LA VULNERABILIDAD DE UNA DEPORTISTA DE ELITE



Repasando las Contras de la Vanguardia -a mi es una página que me gusta mucho-, y aunque ya la había leído, al volver a leerla nuevamente me ha dado la sensación que, salvando las distancias que existen entre ambos, sí que he pensado que pueden guardar cierta similitud en la forma de ver la vida en muchos momentos. En concreto me estoy refiriendo a Edurne Pasaban.
Me ha impresionado muchísimo la sinceridad con la que cuenta, como toda la fortaleza que muestra ante el reto de los ocho miles se diluye como un azucarillo en su vida no competitiva digamos, y pasa a ser una persona con un carácter o una personalidad bastante vulnerable.

El hecho de que me haya impactado tanto es porque como digo al principio me he visto reflejado en su forma de ver la vida. Yo desde que siento la afectación de la fibromialgia y la fatiga cŕonica la parte a la que me ha afectado, y la afectación cada vez es mayor es a la parte cognitiva y la parte anímica, ya que con el tiempo he conseguido convivir con el dolor y el cansacio, aunque hay momentos que lo paso muy mal, en cambio no cosigo que mi estado de ánimo mejore, así que me veo en la necesidad de tener que asistir a la consulta de psiquiatría, "cada semana he estado yendo durante un año" ahora una vez acabada esta terapia, las visitas me dice que seran más espaciadas.

El caso es que yo no veo una persona depresiva ni creo que los que me rodean tampoco tenga esa percepción. Lo que sí veo en mí es que no consigo que nada me ilusione y casi nada tenga sentido para mí, siempre tengo dudas de si todo lo que hago lo podría hacer mejor: lo dual se traduce en sufrimiento al ver que no consigo cambiar estos pensamientos
Volviendo al principio, al tema Edurne, yo pensaba que esto solo podía pasarnos a personas débiles, pero no a personas como ella que para llegar hasta donde ha llegado ha tenido que demostrar tener una fortaleza y una capacidad de sufrimiento muy superior a la mayoría de las personas normales, digamos. En cambio cuando deja la parte competitiva que hay en ella, deja de ser esa persona que creemos lo tiene todo para ser feliz, ya que ha conseguido lo que nadie había conseguido y en una disciplina tan durísima como debe ser el alpinismo, pero no, vemos que tiene sus debilidades como un ser humano que es, y aunque no es una cuestión de ser o no el más fuerte, sí que es una cosa que no te deja disfrutar de tu vida cotidiana, ni te permite mirar la vida con optimismo, y lo más triste es no ser capaz de encontrar una explicación del porqué.

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